Quiero dedicar esta entrada a comentar el "Programa Perú", un viejo y conocido campo de trabajo en el que, durante bastantes años, residentes del Colegio Mayor Peñafiel se han desplazado a este país, durante sus vacaciones de verano, para colaborar en varias iniciativas sociales.
El resumen de los que, año tras año, han participado en estos campos de trabajo se podría glosar en "siempre recibes mucho más de lo que das".
Me gustaría invitar y animar a todos aquellos que hayan bailado una "saya", se hayan tomado una "cuzqueña" o hayan probado el "ceviche" a escribir sus comentarios en este blog.
2 comentarios:
"Amarillito, amarilleando... flor de retama"
"Debí saber que al amarte yo me perdía, debí saber que tu mundo ya no era mío"
"Maíz, granito eterno, jinete de la sabana, amigo de niños tristes..."
"Saya negra"
"Chiquilla, tan pequeña para amar..." (esta está dedicada especialmente a Mariano Mateo...)
Perú es algo totalmente diferente. Sólo hay dos posibilidades: haber ido o no. Y creo que todos los que habéis podido pasar allá una temporada sabéis a lo que me refiero.
Perú es un sitio del que en el fondo nunca te vas ¿no?
Recuerdo también las reuniones post-Perú en la bodega (¿por qué siempre todo va de lo mismo?) de Jaime. In-cre-i-ble. Recuerdo a un tipo tirado en medio de una calle mirando la luna (¿de nuevo lo mismo?)
Tengo que reconocer que a pesar del tiempo (yo creo que soy de la Promoción del 1997 más o menos)hay cosas que se han quedado grabadas hasta la médula.
¡¡¡Viva el Perú glorioso!!! ¡¡¡Viva nuestro glorioso pendón bicolor!!!
¡Viva el Perú glorioso! ¡Carajo!
Mola mucha que desde el Colegio Mayor Peñafiel se vuelva al programa Perú. Hay infinitas historias que podríamos contar. Algunas quizá salgan.
Lo más divertido es que bastan un par de palabras para recordar cada una de ellas: ojos negros, chiclayo-clayo, si no vengo en media hora me venís a buscar ¡sí, sí! ahoritita nomás, voley, ¿tienen una gaseosita?, adobito,...
Creo que voy necesitando reservar un día entero en la bodega de Jaime.
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