martes, 11 de septiembre de 2007

Entrevistas a "viejos" residentes

Navegando por la red me he encontrado con una entrevista a un antiguo residente del Colegio Mayor Peñafiel, actualmente es profesor de Filología Griega en la Universidad de Santiago de Compostela. Entrevista
Tuve la suerte de convivir con él en mis primeros y locos años universitarios y os aseguro que, por ahora, es el mejor a la hora de recomendar lecturas interesantes aptas, incluso, hasta para ingenieros.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Hijos y educación

Es difícil describir la sensación que te produce un libro que estás a punto de terminar y te gustaría que tuviese cien páginas más para poder seguir disfrutando de su lectura. Me acaba de ocurrir con "Las pequeñas virtudes" de Natalia Ginzburg.
Copio a continuación un fragmento de uno de sus ensayo que, en mi opinión, es de lo mejor que he leído sobre la educación de los hijos:

"Por lo que respecta a la educación de los hijos, creo que no hay que enseñarles las pequeñas virtudes, sino las grandes. No el ahorro, sino la generosidad y la indiferencia hacia el dinero; no la prudencia, sino el coraje y el desprecio por el peligro; no la astucia, sino la franqueza y el amor por la verdad; no la diplomacia, sino el amor al prójimo y la abnegación; no el deseo del éxito, sino el deseo de ser y de saber.
Sin embargo, casi siempre hacemos lo contrario. Nos apresuramos a enseñarles el respeto a las pequeñas virtudes, fundando en ellas todo nuestro sistema educativo. De esta manera elegimos el camino más cómodo, porque las pequeñas virtudes no encierran ningún peligro material, es más, nos protegen de los golpes de la suerte. Olvidamos enseñar las grandes virtudes y, sin embargo, las amamos, y quisiéramos que nuestros hijos las tuviesen, pero abrigamos la esperanza de que broten espontáneamente en su ánimo, un día futuro, pues las consideramos de naturaleza instintiva, mientras que las otras, las pequeñas, nos parecen el fruto de una reflexión, de un cálculo, y por eso pensamos que es absolutamente necesario enseñarlas.
En realidad, la diferencia es sólo aparente. También las pequeñas virtudes provienen de lo más profundo de nuestro instinto, de un instinto de defensa, pero en ellas la razón habla, sentencia, diserta, brillante abogado de la incolumidad personal. Las grandes virtudes provienen de un instinto en el que la razón no habla, un instinto al que me resultaría difícil poner nombre. Y lo mejor de nosotros está en ese mudo instinto, y no en nuestro instinto de defensa, que argumenta, sentencia, diserta con la voz de la razón.
La educación no es más que una cierta relación que establecemos entre nosotros y nuestros hijos, un cierto clima en el que florecen los sentimientos, los instintos, los pensamientos. Ahora bien, yo creo que un clima inspirado por completo en el respeto a las pequeñas virtudes hace madurar insensiblemente para el cinismo, para el miedo a vivir. Las pequeñas virtudes en sí mismas no tienen nada que ver con el cinismo, con el miedo a vivir, pero todas juntas, y sin las grandes, generan una atmósfera que lleva a esas consecuencias. No quiero decir que las pequeñas virtudes, en sí mismas, sean despreciables, sino que su valor es de importancia complementaria y no sustancial, no pueden estar solas sin las otras, y solas sin las otras son pobre alimento para la naturaleza humana. El hombre puede encontrar a su alrededor y beber del aire la manera de ejercitar las pequeñas virtudes, en medida moderada y cuando sea del todo indispensable, porque las pequeñas virtudes son de un orden muy común y difundido entre los hombres. Pero las grandes virtudes no se respiran en el aire, y deben constituir la primera sustancia de la relación con nuestros hijos, el principal fundamento de la educación. Además, lo grande puede contener también lo pequeño, pero lo pequeño, por ley de la naturaleza, no puede de ninguna manera contener lo grande."

domingo, 2 de septiembre de 2007

Imágenes de un Colegio Mayor

En esta dirección está colgado un vídeo de promoción del Colegio Mayor Peñafiel que hemos editado. Aunque, las viejas glorias no habéis sido contratadas como actores seguro que os resultarán muy familiares algunos de sus decorados. Un saludo para todos y espero que os guste,